El presidente de Colombia, Gustavo Petro, calificó los ataques como “asesinato” y una violación del principio de proporcionalidad, asegurando que en las lanchas viajan “jóvenes caribeños pobres” y no capos del narcotráfico.

Cuba también denunció la presencia militar “extraordinaria y extravagante” como una amenaza directa a la paz regional.

Por su parte, el gobierno venezolano ha denunciado el despliegue como un “asedio” y una provocación.

En una escalada retórica, Trump afirmó que los ataques han sido tan exitosos que “ya no quedan embarcaciones” en la zona y sugirió que las operaciones podrían trasladarse a tierra, lo que aumenta la tensión sobre una posible incursión en territorio venezolano.