Esta opción gana fuerza tras el reciente cierre de los canales diplomáticos entre ambos países.

Fuentes citadas por The New York Times indican que la administración Trump ha elaborado varios planes de escalada militar que podrían incluir operaciones diseñadas específicamente para sacar a Maduro del poder. La consideración de esta vía se ha intensificado debido a la frustración del presidente Trump ante la permanencia de Maduro en el gobierno, a pesar de la presión económica y diplomática.

Algunos asesores presidenciales, según los informes, desean que se apruebe una acción militar directa.

Esta postura es respaldada por figuras de línea dura como el secretario de Estado, Marco Rubio, quien ha calificado a Maduro como un "fugitivo de la justicia estadounidense" y un "gobernante ilegítimo". La suspensión de los contactos diplomáticos que lideraba Richard Grenell es interpretada como un paso previo a la adopción de medidas más drásticas. Sin embargo, expertos consultados por los medios advierten que una expansión militar hacia territorio venezolano podría derivar en un enfrentamiento de gran escala, contrario a las promesas de Trump de evitar guerras extensas. Incluso dentro de la propia administración, sectores diplomáticos insisten en que convertir la campaña antidrogas en una operación de cambio de régimen representaría un alto riesgo para la estabilidad regional.