Advirtió de manera contundente que esta nueva fase tampoco tendría un buen desenlace para los traficantes: "Y déjenme decirlo ahora mismo: eso tampoco va a salir bien".

Estas declaraciones sugieren un cambio estratégico, pasando de la interdicción naval a un monitoreo y posibles acciones en rutas terrestres.

Medios como NBC, citando fuentes familiarizadas con los planes, han reportado que se estarían considerando ofensivas con drones contra individuos específicos y laboratorios de drogas en territorio venezolano, aunque Trump aún no habría aprobado una decisión final. La sugerencia de una "fase dos" terrestre intensifica la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro y genera preocupación en la región por una posible escalada del conflicto, que podría pasar de aguas internacionales a operaciones dentro de las fronteras de Venezuela o países vecinos.