El Gobierno de Venezuela ha denunciado la incursión de múltiples aeronaves de combate estadounidenses en su espacio aéreo controlado, calificando los hechos como “acoso militar”, una “provocación” y una grave amenaza a su seguridad nacional. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, informó que los sistemas de defensa aérea detectaron “más de cinco vectores” volando a 35.000 pies de altura y a una velocidad de 400 nudos, cerca de las costas del país en el mar Caribe. Según la denuncia venezolana, la incursión fue detectada no solo por los sistemas militares, sino también por una aerolínea comercial colombiana, que alertó a las autoridades de tráfico aéreo del aeropuerto de Maiquetía, en Caracas, lo que sugiere un riesgo para la aviación civil en la zona. Padrino López declaró que “el imperialismo americano se ha atrevido a acercarse a las costas venezolanas” y que estas maniobras no intimidan a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
El gobierno de Nicolás Maduro anunció que elevará una denuncia formal ante organismos internacionales como el Consejo de Seguridad de la ONU y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Esta acusación de violación del espacio aéreo se suma a las denuncias previas por el despliegue naval estadounidense en la región, consolidando la narrativa de Caracas de que es víctima de una estrategia de hostigamiento directo por parte de Washington. El presidente colombiano, Gustavo Petro, también se pronunció sobre el hecho, afirmando que estas acciones han convertido el Caribe “de zona de paz como se acordó con los mismos EEUU en zona de agresión y colonización”.
En resumenLa denuncia de Venezuela sobre la incursión de aviones de combate estadounidenses representa una escalada en las tensiones, llevando el conflicto del plano naval al aéreo y motivando a Caracas a buscar la intervención de organismos internacionales ante lo que considera una amenaza directa a su soberanía.