Sin embargo, desde Caracas, la percepción es radicalmente distinta.

El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, ha denunciado la presencia naval como un “asedio” y un “acoso militar”, afirmando que el verdadero objetivo no es combatir el narcotráfico, sino desestabilizar al gobierno venezolano y forzar un cambio de régimen. Analistas y datos de organismos como la ONU señalan que la mayor parte de la droga que llega a Estados Unidos lo hace por el Océano Pacífico, lo que pone en duda la justificación oficial de la operación. En respuesta a la presencia militar, el gobierno de Maduro ha ordenado maniobras militares, ha llamado a la población a unirse a las milicias y ha activado protocolos de defensa, creando un escenario de alta tensión que, según advierten algunos expertos, podría derivar en un enfrentamiento directo.