El gobierno de Venezuela ha denunciado un masivo despliegue militar de Estados Unidos en el mar Caribe, calificándolo de "acoso militar", "provocación" y una "gran amenaza" contra su seguridad nacional. La presencia naval y aérea estadounidense en la región es una de las mayores en décadas y constituye el principal foco de la escalada de tensiones entre ambos países. Según diversas fuentes, el despliegue incluye entre siete y ocho buques de guerra, un submarino de propulsión nuclear, un escuadrón de aviones de combate F-35 y entre 4.500 y 7.000 infantes de marina. El gobierno venezolano, a través de su ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, ha denunciado específicamente la incursión de cinco aviones de combate estadounidenses cerca del litoral central del país, al norte de Maiquetía, volando a 35.000 pies de altura. Padrino López calificó el hecho como una provocación sin precedentes que aumenta el riesgo de un choque militar directo.
Caracas ha anunciado que elevará denuncias formales ante organismos internacionales como la ONU, la OACI y la CELAC.
Mientras que Estados Unidos justifica su presencia como parte de operaciones antinarcóticos, el gobierno de Nicolás Maduro la interpreta como una "guerra no declarada" y una antesala para una operación de cambio de régimen o una invasión militar. Esta percepción se ve reforzada por la retórica de la administración Trump, que ha amenazado con "borrar de la existencia" a quienes presuntamente están involucrados en el narcotráfico hacia Estados Unidos.
En resumenLa masiva presencia militar estadounidense en el Caribe, justificada por Washington como una operación antinarcóticos, es interpretada por Venezuela como una amenaza directa a su soberanía. Las denuncias de 'acoso militar' y las incursiones aéreas han elevado la tensión a un punto crítico, con Caracas preparando su defensa ante lo que considera un preludio a una agresión armada.