El gobierno venezolano convocó a un «simulacro nacional» para prepararse ante desastres naturales o un «conflicto armado», recreando 411 escenarios distintos en todo el país. Esta iniciativa busca, según Maduro, «ejercitar el músculo nacional» y asegurar que Venezuela está «preparada para cualquier eventualidad».

Además de los simulacros, el mandatario ordenó ejercicios en la Fuerza Armada y llamó al alistamiento en las reservas militares. En un acto público, el Ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, condecoró a cinco mujeres milicianas como «soldadas de la patria», un gesto simbólico para reforzar la moral y la participación civil en la defensa.

El gobierno afirma contar con 4,5 millones de milicianos listos para ser activados.

Estas movilizaciones son la contraparte del decreto de «conmoción externa», materializando la preparación del país para lo que Caracas considera una «agresión armada militar» inminente. La oposición y analistas internacionales, sin embargo, ven estas acciones como una estrategia de Maduro para consolidar su poder interno y unificar a sus bases en torno a la narrativa de una amenaza externa.