Este supuesto éxito en el mar justifica, según la Casa Blanca, el traslado de recursos y atención hacia las operaciones terrestres.

“Ahora vamos a vigilar a los carteles. Vamos a vigilar muy seriamente a los carteles que entren la droga por tierra”, advirtió Trump. Este giro táctico se alinea con los informes sobre planes de ataques con drones y posibles incursiones en territorio venezolano, lo que podría intensificar la presencia militar estadounidense en países vecinos y aumentar la presión sobre las rutas de tráfico que atraviesan Centroamérica y México. La declaración de Trump pone a Venezuela como un objetivo prioritario en esta nueva fase, al señalar que el país “ha sido muy peligrosa en lo que se refiere a drogas y a otras cosas”. Este cambio estratégico podría escalar las tensiones no solo con Caracas, sino también con otros países de la región que sirven de corredor para el narcotráfico.