En su intervención, Trump advirtió: “A todo matón terrorista que esté traficando drogas venenosas hacia los Estados Unidos de América, téngase por avisado: lo haremos saltar por los aires”. En otras versiones de su discurso, afirmó que “los borraremos de la existencia”. Estas declaraciones fueron hechas en el contexto de su defensa de las operaciones militares en el Caribe, donde ya se han producido ataques letales contra embarcaciones. El mandatario estadounidense vinculó explícitamente estas redes de narcotráfico con el gobierno de Nicolás Maduro, a quien acusó de liderarlas. El discurso de Trump no solo se centró en la amenaza militar, sino que también incluyó críticas a la propia ONU por su supuesta inacción, afirmando que su administración había logrado detener siete guerras sin recibir “ni una sola llamada” de ayuda del organismo. La amenaza, proferida en un escenario de alcance global, fue interpretada como una justificación pública de las acciones ya tomadas y una advertencia de futuras escaladas, consolidando la narrativa de que la crisis con Venezuela es un asunto de seguridad nacional para Estados Unidos que requiere una respuesta militar.