Estos entrenamientos, difundidos en redes sociales, han sido objeto de burlas por parte del presidente Donald Trump, quien los calificó como una “amenaza muy grave” en tono sarcástico. A nivel constitucional, Maduro y los jefes de los poderes públicos están evaluando la declaratoria de un “estado de conmoción exterior”, una medida de excepción que suspendería garantías y permitiría movilizar todos los recursos de la nación para la defensa. Esta combinación de preparativos militares y legales refleja la gravedad con la que Caracas percibe el despliegue naval estadounidense y su disposición a resistir lo que considera un plan de intervención imperialista.