El gobierno de Estados Unidos ha ordenado un significativo despliegue de su poderío naval en el mar Caribe, en las proximidades de Venezuela, lo que ha sido interpretado por el gobierno de Nicolás Maduro como una amenaza directa a su soberanía. Esta movilización militar, que incluye destructores, un submarino de propulsión nuclear y miles de infantes de marina, ha transformado la región en un foco de tensión geopolítica. La administración de Donald Trump justifica la presencia de sus fuerzas como parte de una operación a gran escala contra el narcotráfico, dirigida a desmantelar redes criminales que, según Washington, operan desde Venezuela y son lideradas por el propio Nicolás Maduro, a quien acusan de encabezar el llamado “Cartel de los Soles”.
Sin embargo, desde Caracas, la lectura es completamente distinta.
El canciller venezolano, Yván Gil, denunció en la Asamblea General de la ONU una “amenaza militar ilegal” y un plan para forzar un “cambio de régimen”. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, ha calificado el despliegue como un acto de “supremacismo” y “racismo”.
La oposición venezolana se muestra dividida ante la situación; mientras líderes como María Corina Machado ven la presión como un catalizador para un cambio político, otros como Henrique Capriles advierten que la solución no debe ser militar. La escalada ha generado temor e incertidumbre en la población venezolana y en los pescadores locales, quienes se sienten vulnerables ante la imponente presencia de buques de guerra estadounidenses. El despliegue no solo ha tensado las relaciones entre Washington y Caracas, sino que también ha generado un debate en toda América Latina sobre la soberanía y el riesgo de un conflicto armado en la región.
En resumenLa masiva presencia militar estadounidense en el Caribe, justificada por Washington como una operación antinarcóticos, es vista por Venezuela como una amenaza de invasión. Este despliegue ha exacerbado las tensiones bilaterales, provocado la movilización defensiva de Caracas y generado un clima de incertidumbre y temor a un conflicto en toda la región.