La respuesta del Departamento de Estado de EE.

UU. intentó matizar la situación, afirmando que sus “preocupaciones no van a tener consecuencias negativas” y que distinguen entre el presidente Petro y el pueblo colombiano. Un funcionario estadounidense señaló: “El presidente Petro no es igual que el país que lidera”, y aseguró que la cooperación continuará, aunque condicionada a la obtención de “resultados tangibles”. No obstante, la descertificación revive tensiones del pasado y debilita la confianza entre dos socios históricos, en un momento en que la Casa Blanca endurece su postura en toda la región, especialmente hacia Venezuela.