En un intento por reducir la escalada de tensiones, Nicolás Maduro envió una carta a Donald Trump proponiendo un diálogo directo, una iniciativa que fue públicamente desestimada por la Casa Blanca, que calificó la misiva como un compendio de "mentiras". La existencia de la carta, fechada el 6 de septiembre de 2025, fue confirmada y su contenido publicado por la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez. En ella, Maduro niega categóricamente las acusaciones de Estados Unidos que vinculan a su gobierno con el narcotráfico, calificándolas como “el peor de los fake news que se ha lanzado contra nuestro país para justificar una escalada a un conflicto armado”. El mandatario venezolano argumenta que solo un pequeño porcentaje de la droga producida en Colombia transita por Venezuela y que sus fuerzas de seguridad destruyen la mayor parte de esta.
Además, en la misiva, Maduro invita a Trump a “preservar la paz con diálogo” y propone una “conversación directa y franca” a través del enviado especial estadounidense, Richard Grenell, para superar el “ruido mediático”. La respuesta de la administración Trump fue rápida y contundente. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó la recepción de la carta pero la desestimó de plano. “Francamente, creo que hubo muchas mentiras que fueron repetidas por Maduro en esa carta y la posición de la administración sobre Venezuela no ha cambiado”, declaró Leavitt, reafirmando que Washington considera al régimen de Maduro como “ilegítimo”. El propio Trump, al ser consultado por periodistas, evitó confirmar directamente la recepción de la carta, respondiendo de manera ambigua: “Bueno, no lo quiero decir, pero ya veremos qué pasa con Venezuela”. Este intercambio fallido evidencia la profunda desconfianza y la ausencia de canales de comunicación efectivos entre ambos gobiernos, cerrando una potencial vía diplomática en medio de una creciente confrontación militar.
En resumenEl intento de Nicolás Maduro de abrir un canal de diálogo con Donald Trump a través de una carta fue rechazado de manera tajante por la Casa Blanca. Washington calificó la misiva de contener “muchas mentiras” y reafirmó su postura de no reconocer la legitimidad del gobierno venezolano, frustrando así una posible vía diplomática para mitigar la crisis.