La respuesta de la Casa Blanca fue tajante. La portavoz Karoline Leavitt confirmó la recepción de la carta, pero afirmó: “Francamente, creo que Maduro repitió muchas mentiras en ella, y la posición de la administración sobre Venezuela no ha cambiado”. Leavitt reiteró que Washington considera al régimen de Maduro como “ilegítimo” y que el presidente Trump está dispuesto a usar todos los recursos necesarios para detener el tráfico de drogas. El propio Trump, al ser consultado por la prensa, evitó confirmar la recepción de la carta y se limitó a decir: “Ya veremos qué pasa con Venezuela”. Este intercambio evidencia la profunda desconfianza entre ambos gobiernos y la escasa probabilidad de un acercamiento diplomático mientras persistan las acusaciones y la presión militar.
