Esta postura de rechazo a una posible intervención militar estadounidense se alinea con la declaración de América Latina como “territorio de paz”. Sin embargo, esta posición no implica un respaldo al régimen de Maduro.

De hecho, el propio Petro ha sido un crítico del gobierno venezolano, y la relación bilateral ha estado marcada por altibajos. Esta dualidad es percibida de manera diferente por la oposición venezolana. El dirigente Leopoldo López, por ejemplo, ha cuestionado el apoyo de Petro a Maduro, calificándolo como una “solidaridad ideológica” que “desconoce la voluntad popular de los venezolanos” que buscan un cambio democrático. La situación se complica aún más por la reciente descertificación de Colombia en la lucha antidrogas por parte de Estados Unidos, una decisión que Petro ha calificado de “injusticia” y “grosería”, y que añade una capa de tensión directa a la relación entre Bogotá y Washington.