Este acuerdo, presentado como una “visión a largo plazo”, abarca áreas de energía, defensa, tecnología y economía, y profundiza una alianza que ha sido fundamental para la supervivencia del régimen.

El ejército venezolano se ha equipado en gran medida con material militar ruso, y Moscú ha proporcionado respaldo diplomático crucial en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Por su parte, China también ha expresado su apoyo a Venezuela, instando a Estados Unidos a cesar la “coacción” sobre América Latina.

El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lin Jian, declaró que la región “no son el patio trasero de nadie” y respaldó a Caracas frente a la “injerencia externa”. Este respaldo de dos potencias globales es vital para la estrategia de resistencia de Maduro, que busca presentar el conflicto no como una disputa bilateral, sino como parte de una reconfiguración del orden mundial.