El diputado Roy Daza, al presentar el proyecto, afirmó que el acuerdo “no responde a una coyuntura, sino a una visión a largo plazo que garantiza cooperación y solidaridad” entre ambas naciones. Aunque el contenido específico del tratado no ha sido revelado en su totalidad, se sabe que abarca áreas cruciales como energía, defensa, tecnología y cooperación económica.
Esta alianza no es nueva, pero su formalización en este momento es significativa.
La relación entre Caracas y Moscú se consolidó en mayo de 2025 con la firma de un acuerdo estratégico con vigencia hasta 2035. En los últimos meses, ambos gobiernos han rubricado convenios en inteligencia y energía, donde la petrolera estatal PDVSA ha recibido financiamiento ruso a cambio de petróleo. Además, el ejército venezolano se ha equipado considerablemente con material militar ruso, incluyendo tanques, helicópteros de ataque y cazabombarderos Sukhoi, algunos de los cuales fueron exhibidos en los ejercicios militares “Caribe Soberano 200”. A nivel diplomático, Rusia ha sido un respaldo clave para Maduro en el Consejo de Seguridad de la ONU, vetando resoluciones en su contra. La aprobación de este tratado envía un mensaje claro a Washington: Venezuela no está aislada y cuenta con el respaldo de una potencia mundial, lo que añade una capa de complejidad geopolítica al conflicto en el Caribe.