Por su parte, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, fue aún más lejos al asegurar que el presidente Maduro les dio instrucciones de prepararse “para hacer la transición de la lucha no armada, a la lucha armada”.

Estas declaraciones sugieren una preparación activa para un conflicto militar.

El propio Nicolás Maduro ha reforzado esta narrativa, calificando el despliegue estadounidense como una “agresión en toda la línea” que abarca los frentes judicial, político, diplomático y militar. Maduro ha afirmado que su país está “facultado internacionalmente para responder de manera integral a esa agresión” y ha advertido que si Venezuela “fuera agredida por el imperio estadounidense” pasaría “inmediatamente a la lucha armada”. Esta retórica no solo busca movilizar a sus bases y a la Fuerza Armada, sino también presentar a Venezuela ante la comunidad internacional como una víctima de agresión imperialista, justificando así sus propias maniobras militares y el endurecimiento de su postura.