El propio Nicolás Maduro instó a la población a "aprender a disparar" y a "defender la patria".

Durante los entrenamientos, oficiales enseñan a los milicianos a manipular fusiles Kalashnikov y pistolas, preparándolos para lo que un oficial describió como una "guerra con armas de guerra", no con "piedras y pistolas". Las cifras sobre la escala de esta fuerza varían; un artículo menciona que la milicia cuenta con más de 200,000 integrantes, mientras que Maduro ha llegado a afirmar que 2.5 millones de personas están listas para un eventual conflicto. Esta estrategia de involucrar a la ciudadanía en la defensa nacional busca crear una resistencia popular generalizada ante una posible invasión, dificultando la ocupación del territorio y elevando el costo político y humano para cualquier fuerza agresora. Al mismo tiempo, el alistamiento en la milicia se ha descrito como una herramienta de control social, consolidando la lealtad al gobierno en un momento de máxima tensión.