Esta operación involucra a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y a la Milicia Bolivariana, un cuerpo castrense compuesto por civiles. Maduro instó a la población a unirse a la milicia para “aprender a disparar” y “defender la patria”, afirmando que más de ocho millones de milicianos se mantienen activos. Además del entrenamiento civil, se ordenó el despliegue de 25.000 militares en estados fronterizos y en la franja del Caribe. En este contexto de alta tensión, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, lanzó una dura advertencia a los gobiernos de Guyana y Trinidad y Tobago, acusándolos de alinearse con Washington.
“Si nos llegan a atacar desde sus territorios, ustedes también recibirán una respuesta en legítima defensa”, sentenció Padrino, dejando claro que Caracas no tolerará que países vecinos presten su territorio para maniobras militares estadounidenses.
Esta movilización integral, que combina fuerzas regulares con una amplia base civil, busca proyectar una imagen de unidad y capacidad de resistencia frente a una posible agresión externa.