Esta medida se interpreta como un nuevo paso en la estrategia de presión de Washington para restaurar el orden democrático en Venezuela. Según los informes, la administración estadounidense habría notificado a González, electo presidente de la Asamblea Nacional, que debe alistarse para retornar a Venezuela y retomar sus funciones políticas. La decisión estaría directamente ligada a las denuncias de Washington sobre las violaciones democráticas del régimen de Nicolás Maduro, que impidió la posesión de González y de María Corina Machado, ambos proclamados ganadores en las elecciones parlamentarias. La posibilidad de que el regreso de González cuente con “acompañamiento de fuerzas militares estadounidenses” para garantizar su seguridad y el cumplimiento de su mandato marcaría una escalada significativa en la implicación de EE. UU. en la crisis venezolana.

Analistas señalan que este movimiento podría ser un punto de inflexión, diseñado para reconfigurar el escenario político y poner a prueba la cohesión de la oposición frente al chavismo. Aunque no se ha confirmado una fecha exacta para su retorno, la noticia surge en un momento de máxima tensión militar en el Caribe y podría elevar aún más el conflicto con el gobierno de Maduro, que se mantiene en el poder con el respaldo de las Fuerzas Armadas y el control de las principales instituciones del Estado.