UU. como organización terrorista.

El gobierno de Trump defendió la operación como un acto de "autodefensa colectiva" contra el narcoterrorismo. Sin embargo, el gobierno venezolano, a través del ministro Diosdado Cabello, admitió el ataque pero negó rotundamente que las víctimas tuvieran vínculos con el narcotráfico o el Tren de Aragua, calificando el hecho como un "asesinato contra un grupo de ciudadanos". El presidente colombiano Gustavo Petro también se refirió al incidente como un "asesinato".

La controversia se profundizó con un reporte de The New York Times que, citando fuentes militares, reveló que la embarcación habría intentado dar la vuelta al detectar un avión de vigilancia antes del ataque, lo que cuestiona la narrativa de una amenaza inminente. Además, el video de 29 segundos presentado por Trump no mostraría la totalidad de la operación, que incluyó repetidos disparos y bombardeos. Expertos legales citados en los textos dudan de que una lancha en aguas internacionales constituya una amenaza a la seguridad nacional que justifique un ataque letal.