Petro ha insistido en la necesidad de diálogo entre los venezolanos y ha condicionado la cooperación con Estados Unidos en la lucha antinarcóticos al respeto del derecho internacional, afirmando que 'si lo rompe, toca rehacer nuestra colaboración'. Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó la presencia militar estadounidense durante la cumbre de los BRICS, calificándola como un 'factor de tensión' en la región. El gobierno brasileño también emitió un comunicado repudiando la 'amenaza de Estados Unidos de usar sanciones económicas o fuerza' en el contexto del juicio al expresidente Jair Bolsonaro, lo que demuestra la sensibilidad de Brasilia ante lo que percibe como injerencia estadounidense en asuntos sudamericanos. Estas posturas de los dos países más grandes de América del Sur indican una clara preferencia por soluciones pacíficas y un rechazo a la desestabilización militar en la región.