Esta respuesta no confirma ni niega planes específicos, pero alimenta la especulación en un contexto de máxima tensión. El mandatario ha defendido la mano dura, afirmando que su gobierno no tardó en retomar medidas firmes contra la 'dictadura de Maduro' y ha advertido que derribará cualquier caza venezolano que ponga en peligro a las fuerzas estadounidenses en el Caribe. Su administración ha sido clara en que está preparada para 'usar todo su poder' en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, algunos análisis sugieren que una intervención militar a gran escala es poco probable, especialmente a un año de las elecciones intermedias, dado que la base republicana es contraria a largas guerras en el extranjero. En cambio, la estrategia parece centrarse en la presión naval y los ataques selectivos, como el ocurrido contra la lancha en el Caribe, para asfixiar económicamente al régimen y provocar una fractura interna, en lugar de una invasión a gran escala.
