Desde Caracas, el gobierno de Nicolás Maduro ha denunciado repetidamente que las acciones de EE.
UU. son una 'amenaza directa' que busca crear un pretexto para una 'escalada bélica'.
El ministro Diosdado Cabello ha elevado el tono, afirmando que 'llegó la hora de la guerra revolucionaria' y llamando a las bases del chavismo a prepararse para la lucha armada. Aunque también ha matizado diciendo 'no queremos guerra, pero debemos estar preparados', el mensaje general es de disposición al combate. Por su parte, Nicolás Maduro ha advertido que su país responderá militarmente si es atacado y ha acusado a Washington de intentar llevar al pueblo estadounidense a una 'guerra en Suramérica'.
Desde Estados Unidos, la retórica es igualmente contundente.
El senador Bernie Moreno lanzó una dura advertencia: 'Maduro debería dormir con los ojos abiertos', calificándolo de 'narcoterrorista'.
El secretario de Guerra, Pete Hegseth, afirmó que Maduro 'tiene muchas decisiones que tomar' y que EE.
UU. está preparado para 'usar nuestro poder para destruir a los narcoterroristas'.
Esta guerra de palabras ha creado un ambiente de alta tensión, donde cualquier incidente podría ser interpretado como una justificación para una acción militar.