El adelanto de las festividades decembrinas se presenta como una defensa del "derecho a la felicidad" del pueblo venezolano frente a las agresiones externas. "Nadie en el mundo nos va a quitar el derecho a la felicidad, a la vida y a la alegría", sentenció Maduro. La medida busca estimular el comercio y generar un ambiente festivo que contraste con la narrativa de crisis y confrontación. Sin embargo, llega en un momento en que el país enfrenta una grave crisis económica y social, y la tensión con Estados Unidos está en uno de sus puntos más altos, con buques de guerra desplegados en el Caribe y una retórica bélica en aumento por parte de ambas administraciones.