Este movimiento no solo incrementa la presión militar sobre Caracas, sino que también refuerza la presencia estadounidense en una zona de alta importancia estratégica. El despliegue de estos avanzados sistemas de combate, junto a los siete buques de guerra y el submarino nuclear ya presentes en la zona, subraya la seriedad con la que la administración Trump está tratando la situación, demostrando una capacidad de dominio aéreo que supera ampliamente a la de la fuerza aérea venezolana.