El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, anunció el refuerzo de la presencia militar en cinco estados costeros y fronterizos, elevando el número de efectivos desplegados de 10.000 a 25.000. La operación, denominada "Zona de Paz N.º 1", se concentra en territorios estratégicos como Zulia, Falcón, Sucre y Delta Amacuro, con el objetivo de cerrar rutas del narcotráfico y asegurar la soberanía.

Padrino López afirmó que "nadie va a venir a hacer el trabajo por nosotros".

Paralelamente, el gobierno ha activado a la Milicia Bolivariana, un cuerpo de civiles voluntarios que forma el quinto componente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). Miles de milicianos han participado en jornadas de alistamiento y marchas, en un claro mensaje de que la defensa del país involucra a la población civil. El propio Nicolás Maduro ha sido enfático en sus advertencias, declarando que si Venezuela fuera agredida, "pasaría a una etapa de lucha armada planificada y organizada".

Otros altos funcionarios como Diosdado Cabello han reforzado este mensaje, afirmando: "No queremos guerra, pero debemos estar preparados".

Esta estrategia de defensa integral, que combina las fuerzas regulares con las milicias populares, es un pilar del modelo chavista y busca disuadir una posible intervención extranjera, evocando el fantasma de un "nuevo Vietnam" para cualquier fuerza invasora.