En medio de la creciente hostilidad diplomática y militar, la administración Trump anunció el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS) para ciudadanos venezolanos, una medida que pone en riesgo de deportación a aproximadamente 250.000 personas. La decisión, que entrará en vigor el 10 de septiembre, ha sido duramente criticada por defensores de los derechos de los migrantes, aunque fue temporalmente bloqueada por un juez federal. El Departamento de Seguridad Nacional, bajo la dirección de la secretaria Kristi Noem, justificó la terminación del programa argumentando que el TPS para venezolanos, establecido en 2021, había creado un "claro efecto imán", socavando los esfuerzos para asegurar la frontera sur y gestionar la migración.
El comunicado instó a los afectados a "autodeportarse".
Esta decisión endurece significativamente la postura migratoria de EE. UU. hacia una de las comunidades de exiliados más grandes del país.
Sin embargo, la medida enfrentó un obstáculo legal inmediato. Un juez federal en San Francisco, Edward Chen, emitió un fallo bloqueando la decisión del gobierno, argumentando que la secretaria Noem excedió su autoridad legal y actuó de manera "arbitraria y caprichosa". El fallo representa un alivio temporal para cientos de miles de venezolanos que dependen del TPS para vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos. A pesar de este revés judicial, la intención de la administración Trump de eliminar esta protección humanitaria es clara y se alinea con una política migratoria más restrictiva. Analistas han señalado la paradoja de que, mientras el gobierno de Trump intensifica su retórica contra el régimen de Maduro, simultáneamente elimina una protección clave para las víctimas de ese mismo régimen.
En resumenLa decisión de la administración Trump de terminar el TPS para venezolanos, aunque frenada temporalmente por la justicia, refleja una política migratoria dura que afecta directamente a quienes huyen de la crisis en Venezuela. Esta medida genera incertidumbre para miles de familias y expone una contradicción en la postura de Washington hacia el pueblo venezolano.