El presidente brasileño, Lula da Silva, criticó la presencia militar estadounidense, calificándola como un "factor de tensión".

Sin embargo, la iniciativa de Petro encontró oposición.

Varios países, entre ellos Argentina, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Perú, se opusieron al comunicado.

Además, los gobiernos de Guatemala y República Dominicana, que inicialmente aparecían como firmantes en la publicación de Petro, emitieron aclaraciones posteriores desmarcándose del texto y afirmando que no habían dado su consentimiento formal. Esta falta de unanimidad refleja las diferentes posturas ideológicas y estratégicas en la región. Mientras los gobiernos de izquierda tienden a rechazar lo que consideran una injerencia de Estados Unidos y defienden el principio de no intervención, otros países ven con preocupación la situación en Venezuela y consideran necesarias las medidas de presión internacional. La controversia en torno al comunicado de la CELAC subraya la dificultad del organismo para articular una voz unificada en temas de seguridad hemisférica.