En una conferencia de prensa, declaró: "Si nos ponen en una posición peligrosa, serán derribados". Dirigiéndose a sus mandos militares, les otorgó la autoridad para tomar la decisión de actuar si perciben una amenaza.
Esta declaración fue acompañada de una respuesta evasiva pero ominosa cuando se le preguntó sobre posibles ataques militares dentro de Venezuela, limitándose a decir: "Ya lo descubrirás". La escalada retórica se consolidó con la firma de una orden ejecutiva para que el Pentágono utilice "Departamento de Guerra" como título secundario, reviviendo el nombre original de la institución, que no se usaba desde 1947. Trump justificó la medida afirmando que es "un nombre mucho más apropiado a la vista de cómo está el mundo ahora mismo" y que refleja una historia de "victorias inigualables". Este cambio, aunque principalmente simbólico, es interpretado por analistas como una señal de que la administración republicana abandona un lenguaje defensivo por uno de confrontación abierta, alineado con una estrategia de disuasión ofensiva. La combinación de amenazas directas y cambios simbólicos ha sido denunciada por la oposición demócrata en EE. UU. como la actitud de un "dictador en potencia".