Sin embargo, el comunicado no logró el consenso total.

Países como Argentina, Costa Rica, Ecuador, Perú y Guyana, entre otros, se opusieron a su adopción.

Además, Guatemala y República Dominicana, inicialmente listados como firmantes por Petro, se desmarcaron públicamente, aclarando que no habían dado su consentimiento formal.

En contraste, Guyana, que mantiene una disputa territorial con Venezuela por el Esequibo, respaldó abiertamente el despliegue estadounidense. El presidente guyanés, Irfaan Ali, afirmó que su gobierno apoyará “todo lo que elimine cualquier amenaza” a su seguridad.

Esta división de posturas demuestra las dificultades de la región para articular una respuesta unificada ante acciones de potencias externas, reflejando las diferentes alineaciones políticas e intereses estratégicos de cada nación.