UU., los cazas venezolanos, que se encontraban armados, realizaron un vuelo cercano al buque, lo que fue interpretado como una “demostración de fuerza innecesaria y peligrosa”. En un comunicado, el Pentágono advirtió “firmemente al cártel que dirige Venezuela que no intente obstaculizar, disuadir o interferir” con las operaciones militares estadounidenses.
La acción venezolana es vista como una respuesta directa a la creciente presencia naval de Washington cerca de sus costas y al reciente ataque a una embarcación que partió de su territorio. Este sobrevuelo representa uno de los roces militares más directos entre ambas naciones en los últimos años, elevando el riesgo de un error de cálculo que podría desencadenar un enfrentamiento mayor. La maniobra subraya la disposición del gobierno de Nicolás Maduro de no amilanarse ante la presión militar estadounidense, utilizando sus propios activos aéreos para enviar un mensaje de vigilancia y capacidad de respuesta. Analistas señalan que, si bien la capacidad militar venezolana es considerablemente inferior a la de Estados Unidos, este tipo de acciones buscan reafirmar el control sobre su espacio aéreo y marítimo cercano, desafiando la libertad de operación de las fuerzas norteamericanas en la zona.