UU. como “desproporcionada” y advirtió que “una injerencia no es posible porque América Latina es tierra de paz”.
El presidente Gustavo Petro también criticó duramente el ataque a la embarcación venezolana, calificándolo como un “asesinato”, y ha insistido en que no apoyará ninguna “invasión”.
Por otro lado, países como Guyana han respaldado la presencia militar de Washington.
El presidente guyanés, Irfaan Ali, afirmó que su gobierno apoyará “todo lo que elimine cualquier amenaza” a la seguridad regional, especialmente en el contexto de su propia disputa territorial con Venezuela por el Esequibo.
Este apoyo se produce después de que Guyana denunciara disparos desde territorio venezolano contra una de sus embarcaciones.
La CELAC, en su reunión, emitió un llamado a mantener la región “como una tierra de paz” y rechazó la injerencia externa. La crisis ha puesto de manifiesto la complejidad de la geopolítica regional, donde la lucha contra el narcotráfico se entrelaza con disputas históricas, alianzas ideológicas y los intereses estratégicos de potencias extrarregionales.