Esta política no se limita a Venezuela.

Durante su visita a Ecuador, Rubio también anunció la designación como terroristas de las bandas ecuatorianas Los Choneros y Los Lobos, enmarcando la lucha contra el crimen organizado como un esfuerzo regional contra el terrorismo. La medida ha sido replicada por aliados de Estados Unidos en la región; el Congreso de Perú, por ejemplo, aprobó una moción para declarar al Cartel de los Soles como una organización terrorista.

Esta clasificación tiene profundas implicaciones: permite a EE.

UU. aplicar sanciones más severas, congelar activos y, crucialmente, autoriza al Pentágono a utilizar la fuerza militar contra estos grupos fuera de zonas de conflicto tradicionales, como se evidenció en el ataque en el Caribe. Es una herramienta que transforma la lucha antidrogas en una campaña antiterrorista, ampliando significativamente el abanico de acciones coercitivas disponibles para Washington.