Estas declaraciones se han materializado en acciones concretas, como la designación oficial del Cartel de los Soles y del Tren de Aragua como organizaciones terroristas extranjeras. Esta clasificación, según Rubio, permite a Estados Unidos utilizar “otros elementos del poder estadounidense, como las agencias de inteligencia y el Departamento de Defensa, para atacar a estos grupos”.

La recompensa por la captura de Maduro fue elevada a 50 millones de dólares, y el senador Rick Scott ha propuesto aumentarla a 100 millones, financiándola con activos incautados al régimen venezolano. El propio presidente Donald Trump ha vinculado directamente las operaciones militares, como el ataque a la embarcación en el Caribe, con la lucha contra el Tren de Aragua, afirmando que dicha organización opera “bajo el control de Nicolás Maduro”. Esta estrategia busca aislar internacionalmente a Venezuela y justificar medidas de máxima presión, incluyendo el uso de la fuerza militar, como una respuesta legítima a una amenaza de seguridad nacional para Estados Unidos.