Como parte de esta estrategia defensiva, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, anunció jornadas de entrenamiento para la Milicia Nacional Bolivariana, un cuerpo compuesto por civiles voluntarios. El gobierno afirma que 8,2 millones de personas ya se han alistado para defender el país, y que el proceso de inscripción será continuo. Además, se anunció la creación de la “Unidad comunal miliciana de combate”, que reorganizará a los alistados en más de 15.000 bases populares. La vicepresidenta Delcy Rodríguez emitió una de las advertencias más contundentes, declarando que si Estados Unidos se atreve a agredir a Venezuela, “seremos su peor pesadilla” y “vendrán las peores calamidades del pueblo estadounidense”.
Estas acciones son presentadas por el chavismo como una respuesta necesaria ante el “asedio” y la “amenaza extravagante” de Washington. Sin embargo, organizaciones como Laboratorio de Paz han denunciado que la campaña de alistamiento “Yo me alisto” podría estar incurriendo en prácticas de reclutamiento forzoso, coaccionando a empleados públicos y estudiantes para participar en actos de propaganda militar, lo que constituiría una violación de derechos humanos.