Un ataque militar de Estados Unidos contra una embarcación en aguas del Caribe ha escalado drásticamente las tensiones con Venezuela, generando un cruce de acusaciones y un debate internacional sobre la legalidad de la operación. La acción, confirmada por el presidente Donald Trump, resultó en la muerte de once personas que, según Washington, eran miembros de la banda criminal Tren de Aragua y transportaban una cantidad significativa de drogas desde Venezuela. La administración Trump defendió el operativo como una acción legítima y necesaria en su lucha contra el narcotráfico, calificando al Tren de Aragua como una “organización narcoterrorista”. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, fue contundente al afirmar que el ataque “definitivamente no es inteligencia artificial” y advirtió que cualquier otra embarcación vinculada al narcotráfico “correrá la misma suerte”. Trump reforzó esta postura al declarar que poseía grabaciones que demostraban la culpabilidad de los tripulantes.
Sin embargo, el gobierno venezolano rechazó categóricamente la versión estadounidense. El presidente Nicolás Maduro calificó el ataque como una “agresión imperialista” y un pretexto para violar la soberanía regional. Funcionarios de su gobierno, incluido el ministro de propaganda Freddy Ñáñez, acusaron a Washington de fabricar el video del ataque utilizando inteligencia artificial, calificándolo como una “ridícula cortina de humo” y un montaje para justificar una futura intervención militar. Este incidente representa la primera confrontación militar directa de esta naturaleza en el marco de la reciente escalada, llevando la crisis bilateral a un nuevo y peligroso nivel de confrontación que ha sido condenado por algunos líderes regionales, mientras que otros lo ven como una acción necesaria contra el crimen transnacional.
En resumenEl ataque estadounidense a una lancha en el Caribe, justificado por Washington como una operación antidrogas contra el Tren de Aragua, ha sido calificado por Venezuela como una agresión y un montaje. Este incidente marca una escalada militar directa que agudiza la crisis diplomática y eleva el riesgo de confrontación en la región.