La administración Trump ha designado a grupos criminales venezolanos, como el Tren de Aragua y el Cartel de los Soles, como organizaciones terroristas extranjeras. Esta clasificación es un pilar fundamental de la estrategia estadounidense, ya que proporciona la justificación legal para el uso de la fuerza militar y la intensificación de las sanciones contra entidades vinculadas al gobierno de Nicolás Maduro. Esta medida representa un cambio significativo en el enfoque de Washington, que pasa de tratar a estos grupos como meras organizaciones de narcotráfico a considerarlos amenazas para la seguridad nacional. La designación del Tren de Aragua como organización terrorista fue citada explícitamente por el presidente Trump como justificación para el “ataque cinético” que resultó en la muerte de 11 de sus presuntos miembros en el Caribe. Según la Casa Blanca, este grupo opera “bajo el control de Nicolás Maduro” y es responsable de múltiples delitos en el hemisferio. De manera similar, el Cartel de los Soles, que según EE.
UU. está liderado por altos funcionarios del régimen venezolano, también fue clasificado como terrorista en julio de 2025.
Esta política se ampara en una directiva secreta que autoriza al Pentágono a utilizar la fuerza militar contra carteles latinoamericanos designados.
La estrategia ha encontrado eco internacional, con países como Argentina, Ecuador y Paraguay siguiendo el ejemplo de EE.
UU. al declarar también al Cartel de los Soles como una organización terrorista, lo que contribuye a un mayor aislamiento diplomático y financiero de Venezuela.
En resumenLa designación por parte de Estados Unidos del Tren de Aragua y el Cartel de los Soles como organizaciones terroristas es un cambio de política crucial que legitima el uso de la fuerza militar. Esta clasificación, que ha sido respaldada por otros países de la región, sirve como base legal para acciones como el reciente ataque naval y es una herramienta clave para intensificar la presión y el aislamiento sobre el gobierno de Maduro.