Su advertencia fue categórica: “Si Venezuela fuera agredida, pasaría inmediatamente al período de lucha armada en defensa del territorio nacional”.

Esta respuesta se enmarca en una estrategia de “máxima preparación” que combina la vía diplomática, con denuncias ante la CELAC, y una fase defensiva que incluye la movilización de la Fuerza Armada y las milicias. Maduro también apuntó directamente al secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, a quien acusó de ser un “señor de la guerra” que busca “manchar al presidente Trump con la sangre del pueblo venezolano”. Con este discurso, el gobierno venezolano busca consolidar una narrativa de resistencia ante una agresión imperialista, al tiempo que prepara al país para un posible conflicto.