El gobierno venezolano ha llevado la escalada de tensiones al ámbito multilateral, presentando una denuncia formal ante las Naciones Unidas contra Estados Unidos. Caracas acusa a Washington de amenazar la paz regional y violar tratados internacionales sobre la desnuclearización de América Latina y el Caribe. En un documento oficial con el número 00508, fechado el 26 de agosto de 2025, la Misión Permanente de Venezuela ante la ONU calificó el despliegue militar estadounidense como “una grave amenaza a la paz y la seguridad regionales”. La denuncia argumenta que la presencia de armamento nuclear, específicamente a través del submarino de ataque USS Newport News, contraviene directamente el Tratado de Tlatelolco de 1967.
Este acuerdo, ratificado por Estados Unidos en 1971, establece a América Latina y el Caribe como una zona libre de armas nucleares, y compromete a las potencias nucleares a no usar ni amenazar con usar dicho armamento contra los Estados parte. En su comunicación, Venezuela solicitó a la comunidad internacional cuatro acciones concretas: el cese inmediato del despliegue militar, garantías verificables de no uso de armas nucleares, consultas urgentes en el Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (OPANAL), y el respeto irrestricto al carácter desnuclearizado de la región. Esta acción diplomática busca generar presión internacional sobre Washington y enmarcar la operación militar como un acto de agresión ilegal bajo el derecho internacional, mientras la ONU ha pedido a ambas partes “resolver sus diferencias por medios pacíficos”.
En resumenAl recurrir a la ONU, Venezuela busca obtener respaldo internacional y enmarcar el despliegue militar estadounidense como un acto de agresión ilegal que viola tratados de no proliferación nuclear, intentando así presionar a Washington a través de canales diplomáticos y legales.