Maduro también confirmó que se han establecido coordinaciones con las autoridades militares y policiales de Colombia para sincronizar operaciones conjuntas.
Este movimiento se produce mientras Venezuela moviliza su Armada en el Caribe como respuesta a la presencia de buques de guerra estadounidenses. La militarización de la frontera coloca a Colombia en una posición geopolítica delicada, ya que, siendo un aliado estratégico de Washington, debe gestionar una frontera altamente volátil y evitar ser arrastrado a una escalada regional. La decisión de Maduro puede interpretarse tanto como una medida de seguridad interna como una maniobra disuasoria frente a lo que percibe como una amenaza externa inminente.













