El llamado al alistamiento se llevó a cabo en plazas públicas, cuarteles y sedes de gobierno en todo el país, bajo el lema “Yo me alisto, porque amo mi patria”. El gobierno asegura contar con 4,5 millones de milicianos activos, una cifra que, según analistas internacionales, parece más propagandística que operativa.
Informes del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos situaban la cifra en unos 343.000 miembros en 2020.
La Milicia, concebida por Hugo Chávez como una fuerza complementaria, ha sido criticada por su falta de entrenamiento profesional, el uso de armamento obsoleto y su función principal como mecanismo de control social y movilización política del chavismo. La oposición ha rechazado la convocatoria; la líder María Corina Machado instó a los ciudadanos a “desobedecer” el llamado, argumentando que es una maniobra del régimen para “aparentar fuerza, cuando la realidad es que se están desmoronando”.
A pesar de las críticas sobre su efectividad en un conflicto real, el régimen utiliza estas jornadas para reforzar su narrativa de resistencia y cohesión interna.













