Por su parte, Rusia también reafirmó su apoyo.

El ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, comunicó a la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez que Moscú apoyará a Caracas en la defensa de su soberanía. Maduro, a su vez, elogió públicamente al presidente ruso, a quien llamó “hermano de Chávez” y “padrino de Maduro”.

Sin embargo, algunos análisis sugieren que este apoyo tiene límites.

Se considera que para Moscú, cuya prioridad es Ucrania, Venezuela es relevante en términos simbólicos pero no vital.

Pekín, por su parte, privilegia sus intereses comerciales y energéticos.

Ninguno de los dos parece dispuesto a una escalada militar en el Caribe, dejando a Caracas relativamente aislado ante una confrontación directa.