“Si Venezuela lanza cualquier ataque contra el pueblo guyanés y el Gobierno estadounidense solicita acceso a nuestro territorio, se le proporcionará sin dudar”, declaró Persad-Bissessar.

Esta decisión no solo alinea a Trinidad y Tobago con la estrategia de Washington en la región, sino que también añade una nueva capa de tensión al conflicto latente entre Venezuela y Guyana por la región del Esequibo. La oferta de apoyo logístico y territorial a EE. UU. aísla aún más a Venezuela en su propio vecindario caribeño y fortalece la coalición de facto liderada por Washington. A pesar de la contundencia de su apoyo, la primera ministra matizó que su país “mantiene buenas relaciones con el pueblo venezolano y así seguirá siendo”, haciendo un llamado a que “prevalezca el sentido común y la paz”.