La justificación de Washington se centra en las acusaciones de narcoterrorismo y el presunto liderazgo de Maduro en el Cartel de los Soles. La fiscal Bondi afirmó que la DEA ha incautado toneladas de cocaína vinculadas a Maduro y sus socios. Como parte de esta ofensiva judicial y financiera, el gobierno de Trump también ha confiscado más de 700 millones de dólares en activos relacionados con el mandatario venezolano, incluyendo “dos jets privados de varios millones de dólares, múltiples casas, una mansión en República Dominicana, múltiples casas de millones de dólares en Florida”, además de joyas y caballos de carreras. Estratégicamente, la recompensa no solo busca la captura, sino también sembrar la desconfianza y erosionar la lealtad en el círculo íntimo de Maduro, transformando la presión política en una cacería de alto perfil que lo trata como un capo criminal en lugar de un jefe de Estado.