Esta movilización se enmarca en una fuerte retórica nacionalista, con Maduro declarando que “ningún imperio va a venir a tocar suelo sagrado de Venezuela”.

La medida busca reforzar la idea de un “pueblo en armas” listo para la resistencia. Sin embargo, la efectividad y la magnitud real de esta fuerza son cuestionadas.

Mientras el gobierno afirma contar con más de 4,5 millones de efectivos, cifras de institutos internacionales como el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos situaban el número en apenas 343.000 en 2020.

La líder opositora María Corina Machado ha calificado la convocatoria como un “espectáculo de una tiranía que termina” y ha llamado a la desobediencia, argumentando que el régimen busca “aparentar fuerza, cuando la realidad es que se están desmoronando”.