Incluso caballos de carreras de alto valor forman parte de los activos incautados. Según la fiscalía estadounidense, estos bienes son el producto de una red de corrupción y narcotráfico liderada por Maduro. La administración Trump ha utilizado estas confiscaciones como prueba tangible para respaldar sus acusaciones de que el gobierno venezolano opera como un cartel. La medida no solo tiene un impacto económico, sino también simbólico, al exponer un estilo de vida opulento que contrasta con la profunda crisis humanitaria que vive Venezuela. La estrategia de asfixia financiera es un pilar fundamental en la política de Washington, que busca debilitar al régimen desde adentro, cortando sus flujos de dinero y limitando su capacidad para operar en el sistema financiero internacional.
