Es un cartel del narcotráfico”. Afirmó que, para la administración Trump, Maduro es un “líder fugitivo” de dicho cartel. Por su parte, el director de la DEA, Terry Cole, acusó directamente a Venezuela de colaborar con grupos armados colombianos como las disidencias de las FARC y el ELN para enviar “cantidades récord de cocaína” hacia los carteles mexicanos que la introducen en Estados Unidos. La fiscal general, Pam Bondi, ha reforzado esta narrativa al asegurar que el régimen venezolano utiliza su espacio aéreo para traficar drogas hacia Honduras, Guatemala y México, y que intercambia “dinero por armas” con grupos terroristas colombianos para aumentar la producción de cocaína.
Estas declaraciones forman parte de una estrategia coordinada para construir un caso público contra Venezuela, no solo como un régimen autoritario, sino como una empresa criminal transnacional.
La designación de “narcoterrorista” tiene implicaciones legales y políticas significativas, ya que permite a Estados Unidos aplicar medidas más severas, incluyendo el uso de la fuerza militar, bajo la justificación de la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.