Es un cartel del narcotráfico”.
Esta postura fue reforzada por el director de la DEA, Terry Cole, quien afirmó que Venezuela se ha convertido en un “estado narcoterrorista” que colabora con el ELN y las disidencias de las FARC para enviar “cantidades récord de cocaína” a Estados Unidos a través de carteles mexicanos.
Las acusaciones se han vuelto más específicas, con testimonios como el del narcotraficante Ovidio Guzmán, quien presuntamente vinculó directamente a Maduro como jefe del cartel.
En julio de 2025, Estados Unidos designó formalmente al Cartel de los Soles como una organización terrorista internacional. En respuesta, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, acusó a la DEA de ser el “mayor cartel de drogas que existe en el mundo”, enmarcando las acciones estadounidenses como una campaña de desprestigio para justificar una intervención. Esta narrativa de criminalización es fundamental para la estrategia de Washington, ya que le permite tratar a Maduro y su cúpula como delincuentes en lugar de interlocutores políticos.